La Isla de la Laurisilva

30 de diciembre

Aunque pensaba pasar el día en el parador casi hasta marcharme al aeropuerto, necesito caminar y despejarme un poco mentalmente, de modo que me marcho al aparcamiento de la Llanía y hago la tercera ruta que aún no había hecho, de 5,4 kilómetros. El día ha amanecido con mucha lluvia el camino se me hace incómodo, con tanta niebla, más aún cuando me despisto con el resultado de alargar la ruta por las carreteras de montaña. 

El bosque, eso sí, está particularmente bonito.






Tras el paseo paro en Valverde a echar gasolina y en La Caleta a preparar el equipaje y echar un último vistazo a la isla. 

Dos vuelos después llegó a La Gomera. Cojo el coche de alquiler y como una hora después, conduciendo también todo el rato por carreteras con curvas y parte del camino por medio de Garajonay, llego a Hermigua. He quedado en la farmacia. Aviso a la dueña de la casa, que llega en unos minutos. Tras una pequeña confusión de cómo seguirles en coche, les puedo seguir. Conducen, eso sí, a toda pastilla y me van dejando atrás todo el rato... 


El camino a la casa, de noche, se las trae, sobre todo la bajada a la casa. La casa, eso sí, es tranquila a más no poder y promete buenas vistas. 



31 de diciembre 





Me acerco al Hotel Ibo Alfaro a desayunar y pagar la casa rural. Luego hago compra en el supermercado y la traigo a la casa. El GPS me lleva primero por un camino equivocado, así que transitó más por esa carretera estrecha, con curvas pronunciadas y desniveles, y con coches aparcados en algunos sitios, reduciendo aún más el espacio disponible. La casa rural está muy bien pero el camino para llegar es una pesadilla. Conduzco casi aterrado de pensar en encontrarme coches de frente en los sitios más estrechos y con curvas...

El resto del día lo paso haciendo varias rutas breves en el Parque de Garajonay, sobre todo entre bosques de laurisilva. Son rutas cortas, muy bonitas y solitarias. 

Las Creces. 









Raso Bruma y Mirador de Risquillos Corgo. 













La Cañada de Jorge. 





Y ya a unos kilómetros, tras coger de nuevo el coche, la Laguna Grande I. 





Sobre las cinco y media vuelvo a Hermigua, a la casa rural. Unos 40 minutos de conducción por las carreteras del parque y por esa carretera de pesadilla en los últimos tres kilometros. 

Acabo el año con algunas llamadas y mensajes, trabajando un poco en el Docentia y leyendo y viendo una serie un rato. 

1 de enero de 2021

Hoy dedicó el día a conocer la parte norte de la isla con el coche. Voy parando en distintos miradores y me acerco a algunos de los pueblos y playas.


Agulo, con sus calles empedradas y alguna casa tradicional. Incluyó también una pequeña ruta hasta el pescante de Agulo, desde la que se divisa el Teide, aunque parcialmente nublado. 









Vallehermoso. 



Alójela y su playa. 





Algunos de los miradores de Garajonay. 









Y Valle de Gran Rey y su playa, la zona más animada de la isla que he visto hasta ahora. 









En algo más de una hora regreso a la casa rural. 

2 de enero

Mi primera parada del día es en el Mirador del Roque de Agando, una formación rocosa resultado de la acumulación de lava volcánica.







Luego desciendo hasta San Sebastián de la Gomera, pensando que hoy podré visitar algún monumento, como la casa Del Pozo o la Casa de Colón. Pero está cerrado todo por el COVID. Si puedo aprovechar para callejear un poco por la ciudad.






















Luego me dirijo a Playa Santiago, que me decepciona un poco. Esperaba otra cosa. 



Almuerzo en Alajeró: un potaje de berros y sepia a la plancha. 




La última parada del día es en la Fortaleza de Chipude, un montículo al que puede subirse por un corto, pero empinado, camino, incluyendo escalones en las rocas. Aquí en lo alto se ha descubierto algunos restos arqueológicos de los altares de sacrificios de los indígenas gomeros. Las vistas son además impresionantes. Recomiendan ver anochecer, aunque lo de descender por las rocas de noche no me parece un plan demasiado atractivo. 
























Regreso a Hermigua por Garajonay, atravesando Chipude, El Cercado y Las Hayas. En uno de los desvíos me despisto, porque tengo un agonías pegado al culo de mi coche. Acabo en la carretera equivocada, pero antes de dar la vuelta aprovecho para ver el Roque de Agando con los colores del atardecer. Desando los pocos kilómetros erróneos y sigo mi camino hasta llegar a Hermigua, ya con noche cerrada. Una parada breve en el súper para comprar helado y derecho a la casa rural. 




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